jueves, 30 de octubre de 2008

Guía para sobrevivir

Del "Cásate conmigo" al "Sí quiero"

GUÍA PARA SOBREVIVIR

Lo que debes saber para no perder los nervios y lograr que sea un éxito

Preparada, lista... ¡ya!. Se ha puesto en marcha el cronómetro en el preciso momento en que tu novio te ha puesto el anillo de compromiso. ¿Estás nerviosa? ¿Preocupada? ¿Eufórica? ¿Todo a la vez? Lee, lee...

A pesar de temores y prejuicios (¿recuerdas que decías que jamás darías ese paso?), y sin hacer caso de los comentarios entusiastas de los pro-matrimonio ni de los recelos de aguafiestas y antibodas, has dicho que sí a la propuesta de tu chico y ahora pretendes casarte. Los días siguientes son un torbellino de emociones, de llamadas a la familia y a los amigos, de planes, de lágrimas de felicidad...

Pero, una vez asimilada la noticia, hay que bajar a la realidad y muchas parejas experimentan una amplia gama de sentimientos qu eles llevan desde ese entusiasmo inicial al estrés y al miedo. Desgraciadamente, esos altibajos pueden afectar a la relación. Por eso, hemos delimitado cuatro fases en el periodo de preparación de la boda y te sugerimos trucos para que tu novio y tú podáis superarlas con los nervios y el corazón intactos.

1ª Fase: El bajón posdecisión

Llevas noches sin dormir por tanta emoción y días dedicados a enseñar orgullosa el anillo de compromiso a parientes, amigos y conocidos. ¡Te casas! Es cierto, me voy a casar, piensas de pronto. Y en ese momento el estómago se te encoge y te entra un sudor frío al darte cuenta de la magnitud de la decisión que acabas de tomar: vas a firmar un contrato por el que te comprometes a pasar el resto de tu vida con un hombre. Da vértigo sólo de pensarlo.

Las mujeres suelen tomar conciencia de la enormidad de la situación a los pocos días de decir sí a la boda. Por el contrario, los hombres han pasado por esa experiencia antes de tomar la decisión de pedirte, rodilla en tierra, que compartas la vida con él. Por eso, ante la aparente tranquilidad de tu chico (mientras tú te muerdes las uñas y no apras de darle vueltas a la cabeza), puedes sentirte frustrada e incluso resentida con él. Antes de que ese sentimento vaya a más, es conveniente que hables con tu novio y le expliques tus dudas e incertidumbres. También deberíais dejar muy claro que es lo que cada uno espera del matrimonio, qué es lo que va a cambiar en vuestra relación y qué va a seguir igual. Tener las ideas claras sobre lo que os espera en el futuro aliviará vuestras inquietudes y aumentará la unión entre vosotros. Por supuesto, no se pueden solucionar todas las cuestiones en una conversación, así que acordad ir resolviendo las dudas a medida que surjan.

Por otra parte, existe el tópico de que una chica que se acaba de comprometer debe estar flotando en una nube de felicidad, y si tu no te sientes así, sino más bien asustada e inquieta, es posible que además te culpes por ello.

A la psicologa María Victoria Martín no le sorprende esta situación, porque señala que los seres humanos "reaccionamos con miedo o, por lo menos, con prevención, ante una situación nueva. Al mismo tiempo que nos produce entusiasmo, nos crea también tensión e incertidumbre. Les ocurre incluso a las personas muy seguras de sí mismas, la diferencia es que éstas lo administran mejor", explica. Es decir, todo el mundo pasa por diferentes grados de desasosiego cuando se va a producir un cambio importante en su vida, incluso cuando se trata de algo feliz y muy anhelado.

2ª Fase: La sobrecarga

3ª Fase: Los nervios

4ª Fase: Las discusiones

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