Comida con dos rombos

Desde 15 millones

Comida con dos rombos

Si lo que te gusta es la hostelería y tienes un gran sentido del humor, abre un restaurante erótico para cumpleaños, despedidas de solterios y hasta la celebración de un divorcio.

Sirenas desvirgadas, el rabo del capitán y el condón del pirata Barba Roja no son títulos de comics eróticos, sino algunos de los platos que se pueden degustar en La Almeja Picante, un restaurante muy sensual. La idea surgió hace algunos meses, cuando Pilar Payo (Toledo, 1955) y Eugenio García Herrero (Madrid, 1950) pensaban abrir un restaurante para diversificar sus ingresos.

Pilar fue la que puso la puntilla: ¿por qué no un restaurante erótico? "Además de despedidas de solteros/as, vienen grupos de mujeres que quieren pasárselo bien, colectivos de hombres de negocios y también para celebrar cumpleaños".

La inversión total es de entre 15 y 20 millones de pesetas y la mayor parte se va en nóminas. A diferencia de otros restaurantes, al atender a grandes grupos de gente (entre 14 y 60 personas) es necesario contar con más gente en la cocina - por lo menos dos cocineros y un ayudante - y camareros. Además del sueldo de dos bailarines que amenizan las cenas.

Los requisitos legales y administrativos son iguales que en otros locales de restauración. Sus señas de identidad provienen de la decoración, del tipo de luz - más tenue para que ayude a la gente a desinhibirse - o del nombre de los platos. También las viandas aportan su personalidad: los postres y el pan tienen formas de atribustos masculinos o femeninos.

Una de las ventajas de este tipo de establecimientos es que, en muchos casos, cuentan con más de un día de descanso. Los precios varían de 3.000 a 8.000 ptas. por persona.

Para aquellos que por sí solos no se atreven con un restaurante, pueden comenzar por una franquicia. Tanto La Almeja Picante como La Olla Caliente están estudiando la viabilidad de este sistema para los próximos meses.

Dificultad: baja. Amortización: 1 año. Rentabilidad: 40%